En el mes de marzo del año 1881, la hija del Virrey le dijo a su padre que estaba enamorada de uno de los sirvientes. Este enojado se lo prohibió y le dijo a su hija que iba a echar al hombre si seguía teniendo esas “tontas” ideas. Desesperada decidió matarse. Al día siguiente, cuando una mucama la fue a despertar, la encontró muerta en su cama. El virrey nunca se pudo perdonar este gran error y se mató junto a su hija. Los enterraron en el cementerio de la Recoleta a los dos en la bóveda familiar.
Dicen los cuidadores del cementerio que en noches frías y tormentosas se los siente caminando y discutiendo. Durante todo el tiempo se escucha una voz de hombre diciendo “perdón” “perdón” “perdón”
Brenda Nijamin 1º4a
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