viernes, 22 de mayo de 2020

25 de mayo. Revolución de Mayo

El 25 de mayo de 1810: el primer gobierno patrio

Por Felipe Pigna


Hacía tiempo que el ritmo natural que durante siglos había caracterizado a las colonias españolas de América se había alterado. Las guerras en Europa, las mismas reformas borbónicas de la segunda mitad del siglo XVIII, la inquietud de la aristocracia española americana y el descontento de muchos criollos, generaban no pocas preocupaciones. El comercio con los ingleses y la circulación de ideas liberales hacían que la sociedad de los estratos sociales definidos y duraderos comenzara a resquebrajarse.

El 13 de mayo de 1810, los habitantes de Buenos Aires pudieron confirmar los rumores que circulaban intensamente: la Junta Central de Sevilla, último bastión de la Corona española en pie, había caído también a manos de los ejércitos napoleónicos. Inmediatamente, el virrey Cisneros advirtió que se crearía una nueva regencia americana en representación de Fernando VII y en defensa de la Corona. Pero la Junta que lo había nombrado había desaparecido y los patriotas porteños creyeron que era momento de convocar a un Cabildo Abierto que discutiera los pasos a seguir.

El 19 y 20 de mayo, las reuniones fueron febriles. El 21 de mayo, una multitud, encabezada por Domingo French y Antonio Luis Beruti, se reunió con las armas en la mano para exigir el Cabildo Abierto y la renuncia del virrey. Llevaban el retrato de Fernando VII y una cinta blanca, símbolo de la unidad criollo-española. El Jefe del regimiento de Patricios, Cornelio Saavedra, logró calmar los ánimos, pero la convocatoria para el día siguiente era un hecho.

El 22 de mayo, “la parte más sana y principal del vecindario” concurrió al Cabildo. Como el día anterior, la plaza estaba llena, mientras transcurrían las acaloradas discusiones, que se extendieron durante 15 horas. Se discutía qué hacer tras haber caído Sevilla en manos de los franceses. Los más conspicuos defensores del statu quo, entre quienes se encontraban el obispo Benito de Lué y Riega y el fiscal Manuel Genaro Villota, sostenían que los americanos debían obediencia a los españoles. Pero los criollos, en boca de Juan José Castelli y Juan José Paso, exigían la conformación de juntas autóctonas, porque consideraban que, desparecido el virrey, el poder había regresado al pueblo.

Se votó en la noche del 22 y el 23 por la mañana se realizó el conteo de votos. Triunfó ampliamente la opción de deponer al virrey y delegar el poder en el Cabildo. Sin embargo, ese mismo día el Cabildo daría su golpe contrarrevolucionario nombrando una junta presidida por al virrey depuesto, algo que concretaría el 24 por la mañana y que resultaría inadmisible para los partidarios del cambio.

La junta propuesta por el Cabildo se componía, además de Cisneros, por una vocalía integrada por Cornelio Saavedra y Juan José Castelli (criollos) y el párroco de Monserrat, Juan Nepomuceno Solá, y el comerciante José de los Santos Inchaurregui (españoles). De inmediato, desde los suburbios porteños cundió el descontento general. Castelli y Saavedra, que no habían sido siquiera consultados, renunciaron a integrar la junta, y patricios y Arribeños tomaron las armas. Recomenzaron así las discusiones de los patriotas.

El 25 de mayo, las protestas eran ya incontenibles. La misma multitud de días atrás ocupaba nuevamente la plaza.  El movimiento patriota se había instalado cerca del Cabildo, el cual reunido desde temprano había rechazado la renuncia de la Junta. Ni los jefes militares estaban ya del lado del virrey. Los cabildantes debieron finalmente solicitar la renuncia de Cisneros y aceptar la propuesta de nombrar una nueva junta. Así, nacía el primer gobierno patrio.

Saavedra fue el presidente. Lo secundaron Mariano Moreno, Juan José Paso, Manuel Alberti, Miguel Azcuénaga, Manuel Belgrano, Juan José Castelli, Juan Larrea y Domingo Matheu. Todos juraron en nombre de Fernando VII, pero algunos creían que era sólo cuestión de tiempo para que esto dejara de ser así. Años de guerra deberían pasar antes de que el 9 de julio de 1816 se declarara la independencia.

Recordamos los acontecimientos del 25 de mayo con palabras del presidente del primer gobierno patrio, Cornelio Saavedra, sobre aquellas jornadas.

Fuente: Cornelio Saavedra, Memoria Autógrafa, en Biblioteca de Mayo, Tomo II, págs. 1050-1051.

“Con las más repetidas instancias, solicité al tiempo del recibimiento se me excuse de aquel nuevo empleo, no sólo por falta de experiencia y de luces para desempeñarlo, sino también porque habiendo dado tan públicamente la cara en la revolución de aquellos días no quería se creyese había tenido particular interés en adquirir empleos y honores por aquel medio. A pesar de mis reclamos no se hizo lugar a mi separación. El mismo Cisneros fue uno de los que me persuadieron aceptase el nombramiento por dar gusto al pueblo. Tuve al fin que rendir mi obediencia y fui recibido de presidente y vocal de la excelentísima Junta (…) Por política fue preciso cubrir a la junta con el manto del señor Fernando VII a cuyo nombre se estableció y bajo de él expedía sus providencias y mandatos”.


jueves, 7 de mayo de 2020

7 de mayo Día de la minería




El 7 de mayo de 1813, la Asamblea Constituyente sancionó la primera Ley de Fomento Minero, que había sido propuesta por la Junta de Gobierno. En conmemoración de esta fecha, un decreto del año 1945 estableció el Día de la Minería.

Aunque nuestro país no se destacó justamente por tener una gran actividad minera, en América este tipo de explotación es una de las principales actividades económicas en varios países, tales como Chile, Bolivia y Perú. De todos modos es necesario tener en cuenta que la República Argentina cuenta con reservas minerales comprobadas.
Desde el año 1887, cuando fue descubierto, el Yacimiento Carbonífero de Río Turbio fue uno de los emprendimientos mineros más importantes con que contó nuestro país durante muchos años.
Se considera que la minería es la industria elemental de la civilización humana y una de las actividades más antiguas teniendo en cuenta que desde la Edad de Piedra se extrajeron los materiales para la fabricación de herramientas de la corteza terrestre. Inclusive todos los elementos con que contamos en la actualidad requieren productos mineros ya que no podrían realizarse sin las herramientas y las máquinas que se fabrican a partir de los productos extraídos de las minas.

Más información en:

lunes, 4 de mayo de 2020

“1º DE MAYO: DÍA DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL”






“ Entre 1820 y 1852, el espacio geográfico-social y político argentino se fragmentó como medio para mantener la posibilidad de reunificación. Al promediar el siglo, los sectores política y económicamente dominantes en Buenos Aires resistieron los reclamos de una alianza de sectores dominantes del litoral fluvial y del interior […] otra vez las provincias Unidas se fragmentaron en dos organizaciones políticas formalmente separadas: el Estado de Buenos Aires y la Confederación Argentina…[…]” Ansaldi y Giordano.
Corría el mes de Septiembre de 1852, en la ciudad de Santa Fe comenzaban los preparativos para dejar finalmente inaugurada la Asamblea Constituyente el 20 de Noviembre, y en Buenos Aires estallaba una sublevación cívico-militar. Los convencionales estarán en la ciudad capital cinco meses para la votación y aprobación del texto constitucional. Así el 1º de Mayo de 1853 los congresales aprobarán la Constitución sin la participación de Buenos Aires; proclamando a Justo José de Urquiza presidente de la Confederación Argentina. Sin lugar a dudas, la ausencia de Buenos Aires en este proceso debe leerse a la luz de los intereses económicos; y políticos que se tensionaban en este contexto: los ingresos aduaneros, la libre navegación de los ríos, la decisión sobre qué provincia convocaría finalmente a la unidad nacional, y la definición del lugar que sería la capital de la Nación; constituirán el núcleo de las disputas. También la cuestión religiosa generará conflicto hacia dentro de la convención: si bien se impone el principio liberal, en tanto no hay religión de Estado, el presidente de la Nación deberá ser católico, y el Estado sostiene el culto católico apostólico y romano.

El 1º de Mayo de 1853, la Constitución nacional fue aprobada. A través de un decreto se promulgó el 25 de mayo y finalmente fue jurada el 9 de julio de ese mismo año. La Constitución Nacional establece la forma de gobierno Representativa, Republicana y Federal de gobierno, la división de poderes, garantizando las libertades individuales y lo derechos civiles a todos los habitantes del país. Establece también la federalización de Buenos Aires y la nacionalización de los ingresos de la Aduana. Pero la Confederación no pudo imponerle a Buenos Aires estas medidas; y el país se dividió: Buenos Aires, con su ciudad puerto por un lado y la Confederación con capital en Paraná, provincia de Entre Ríos, por otro. Desde 1853 La Constitución Nacional sufrió cinco reformas, incorporándose nuevos derechos a los ya existentes. En 1949 se incorporaron al texto de la Constitución los derechos del trabajador, de la familia, de la ancianidad, de la educación y cultura. En 1957 se incorporaron los derechos del trabajador, de los gremios y la seguridad social. La última reforma de 1994 incorporó derechos denominados de “Tercera Generación” como por ejemplo derecho a gozar de un medio ambiente sano y equilibrado, así también se han incorporados derechos referidos a los consumidores y usuarios de bienes y servicios esto implica requerir información veraz sobre los productos que se consumen y/o del servicio que usan. También la reforma de 1994 incorporó diversos mecanismos judiciales para proteger los derechos individuales: el habeas data, el amparo, habeas corpus y el amparo colectivo. En su conjunto, la reforma no cambió los principales contenidos de la Constitución de 1853, aunque sí modificó parte de la estructura institucional e incorporó nuevos derechos, a partir del reconocimiento de jerarquía constitucional a los tratados internacionales sobre Derechos Humanos.
En el año 2001, la crisis de gobernabilidad y de legitimidad que atravesó el país puso en cuestión los principios esenciales que definen a la Constitución Nacional como ley Fundamental, y que organiza al Estado, poniendo al país al borde de la disolución misma. Sin embargo, la legitimidad de las instituciones asimilada a la legalidad que proviene de la Constitución, junto con la legitimidad del ejercicio del poder puestas en tensión, implicó una ardua tarea de relegitimación de la política y la validación de la Constitución Social como contrato social.
En el 2003, con motivo de conmemoración de la sanción de la constitución, el Congreso de la Nación sancionó la ley 25.863, que en su articulado dispone que el primero de mayo sea el “Día de la Constitución Nacional”.

Origen del 1 de mayo



¿Por qué el día de los trabajadores se celebra en esta fecha? ¿Qué conmemora?
El Día Internacional de los Trabajadores o Primero de Mayo es la fiesta del movimiento obrero mundial pero muchos desconocen por qué se celebra cada día 1 del mes mayo.
Es una jornada de homenaje a los Mártires de Chicago, sindicalistas anarquistas que fueron ejecutados en Estados Unidos por participar en las jornadas de lucha por la consecución de la jornada laboral de 8 horas, que tuvieron su origen en la huelga iniciada el 1 de mayo de 1886 y su punto álgido 3 días más tarde, el 4 de mayo, en la Revuelta de Haymarket. A partir de entonces se convirtió en una jornada reivindicativa de los derechos de los trabajadores en sentido general que es celebrada en mayor o menor medida en todo el mundo. Algunos países se niegan a dar este reconocimiento a la lucha obrera. Por ejemplo en EEUU y Canadá no se celebra.
El germen que dio lugar a esta fecha está contextualizado en los albores de la Revolución Industrial en los EEUU. A fines del siglo XIX, Chicago era la segunda ciudad en número de habitantes del país y miles de trabajadores en paro llegaban cada año por ferrocarril, creando las primeras villas humildes que albergaban a cientos de miles de trabajadores. Una de las reivindicaciones básicas de los trabajadores era la jornada de ocho horas. Uno de los objetivos prioritarios era hacer valer la máxima de: "Ocho horas de trabajo, ocho horas de ocio y ocho horas de descanso".

Los mártires de 1886
El 1 de mayo de 1886, 200.000 trabajadores iniciaron una huelga mientras que otros 200.000 obtenían esa conquista con la simple amenaza de paro. En Chicago, las movilizaciones siguieron los días 2 y 3 de mayo. La única fábrica que trabajaba era la de maquinaria agrícola McCormic, en huelga desde el 16 de febrero, y donde la producción se mantenía a base de esquiroles.
El día 2 de mayo, la policía había disuelto violentamente una manifestación de más de 50.000 personas y el día 3 se celebraba una concentración en frente de sus puertas; cuando estaba en la tribuna el anarquista August Spies, sonó la sirena de salida de un turno de rompehuelgas. Los concentrados se lanzaron sobre los scabs (amarillos) comenzando una pelea campal. Una compañía de policías, sin aviso alguno, procedió a disparar a quemarropa sobre la gente produciendo 6 muertos y varias decenas de heridos. 
La proclama terminaba convocando un acto de protesta para el día siguiente, el día 4, a las 16:00 horas, en la plaza Haymarket. Se consiguió un permiso del alcalde para hacer un acto a las 19.30 en el parque Haymarket. Los hechos que allí sucedieron son conocidos como la revuelta de Haymarket. Se declaró el estado de sitio y el toque de queda deteniendo a centenares de trabajadores que fueron golpeados y torturados, acusados del asesinato del policía. Los sucesos de Chicago además costaron la vida de muchos trabajadores y dirigentes sindicales; no existe un número exacto, pero fueron miles los despedidos, detenidos, procesados, heridos de bala o torturados. La mayoría eran inmigrantes europeos: italianos, españoles, alemanes, irlandeses, rusos, polacos y de otros países eslavos.

Los logros de los mártires
A finales de mayo de 1886 varios sectores patronales accedieron a otorgar la jornada de 8 horas a varios centenares de miles de obreros. El propio Federico Engels, compañero de Karl Marx, recogía este hecho en el prefacio de la edición alemana de 1890 de 'El manifiesto comunista'.

En la actualidad, muchos países rememoran el Primero de Mayo como el origen del movimiento obrero moderno. Hay algunos que no lo hacen, siendo en general países de colonización británica, como los Estados Unidos de América y Canadá, que celebran el Labor Day (Día del Trabajo) el primer lunes de septiembre; Nueva Zelanda, el cuarto lunes de octubre. En Australia, cada estado federal decide la fecha de celebración: el primer lunes de octubre en el Territorio de la Capital Australiana, Nueva Gales del Sur y Australia Meridional; el segundo lunes de marzo, en Victoria y Tasmania; el primer lunes de marzo, en Australia Occidental; y el primero de mayo en Queensland y el Territorio del Norte. Debido a que la festividad tiene un carácter oficial en muchos países, actualmente parte de la población continúa participando en las celebraciones y sus reivindicaciones, mientras que otra parte toma el día de descanso para actividades de ocio...