lunes, 13 de agosto de 2018


Ella 

por Kiara Álvarez


Ella, tan viva
con su pelo negro como el carbón,
lleva una sonrisa con ilusión.
Pues se dirige a su primera entrevista laboral,
y bien no sabe que será contratada para su final.
Obligada por la sociedad,
a tener un trabajo de “verdad”,
con su voluntad,
desea poder vivir con dignidad.
Tan solo veinte minutos fueron precisados,
para darle el trabajo tan buscado,
que si bien no era el más anhelado,
era el necesitado.
Ella, que estaba tan viva
poco a poco,
con el paso del tiempo,
sintió ira.
Sintió el egoísmo,
desprecio y envidia,
de aquellos compañeros que una vez le habían dado la bienvenida.
Día tras día,
todo se volvía más duro,
semana tras semana su mundo se marchitaba,
y aunque contra esa negatividad luchaba,
el dolor una vez más pudo
con su corazón puro.
Harta de toda esa violencia brutal
juntó valor y la renuncia fue a presentar,
debía alejarse del entorno letal
ya estaba en juego su salud mental.
Ella, con tan poca vida
no tenía en claro a donde iría,
quien la ayudaría,
aunque sí sabía
que le sería difícil abrir sus alas,
mantener la mirada alta,
soñar su cuento de hadas.
Los años pasaban
las canas de su cabello se apoderaban,
pero su sonrisa y ojos recuperaban
la vitalidad que los representaban.
Ella, con pocos minutos de vida
por última vez recordó,
como su primer trabajo la marcó,
y a pesar de que parte suya destrozó
gracias a ello pudo alcanzar,
lograr,
apreciar,
que lo importante de la vida,
es alegremente,
vivirla.

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