No sé bien por qué. Debe ser a causa de su fuerte fragancia que me asfixia o porque es demasiado dulce para mí.
No sé, pero aquel día, en tus brazos, no podía deshacerme de aquella fragancia, haciendo que la siguiera a cada lado que iba cual cachorro con su madre.
En ese refugio donde creía que estaría a salvo del mundo, incluso de mí y mi pasado. Esos brazos llenos de tu esencia, cálidos y fuertes, indestructibles una vez me atraparon, provocando los besos más dulces, seguros, salvajes y tiernos que obtuve.
Esos labios con sabor a alcohol o a cigarrillo, dos gustos que detesto pero dentro de ellos los añoro, los necesito.
Nuestro primer beso, quizá el segundo, o era el tercero donde me mostraste toda la pasión que siempre estuve buscando. Me dijiste que era linda, adorable en algún sentido raro, graciosa.
Todavía recuerdo aquella mirada enojada, avergonzada, tímida. Aquella cara que sólo pude ver en un segundo cuando de mi tiraste por estar cerca de alguien.
Todavía recuerdo aquella mirada avergonzada, tímida, alegre. Aquella cara que sólo pude ver en un segundo cuando de mi mano sostuviste en medio de la multitud.
Cuánto habrá durado. ¿Cuatro horas? ¿Cinco? ¿Seis? No lo sé, no me importa.
El tiempo para mí se detuvo y volvió a funcionar cuando me dijiste adiós, con un pequeño beso en mis labios como si nunca más te volvería a ver.
Creí en eso, y lo creo hasta ahora. Ese día, ese momento, esos segundos vividos a tu lado. Sé que no los repetiré contigo nunca más. Adorar, amar, gustar de las cosas que tanto detesto, aborrezco, odio.
Ver tu cara es lo primero pero lo último que pienso y deseo. Sentimientos de nostalgia por aquel beso en la puerta cuando me abriste. O aquel beso sorpresa que me diste cuando mi guardia estaba baja.
Todas ellas son memorias que no las tiro al olvido, sino que las dejo vivas para que si algún día te veo, sepa que aquello fue real.
Parrilla Fronteck, Camila 3º2ª
1 comentario:
¡Excelente tu producción! y gracias por colaborar en el blog
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