jueves, 16 de agosto de 2018

¡Vamos al teatro!
Los martes orquídeas
Adaptación al teatro de Jorge Maestro basada en la película del mismo nombre, del año 1941.

Jueves 23 de agosto a las 20 hs en el Teatro 25 de Mayo
Triunvirato 4444

Valor de la entrada para la Walsh: $ 125
Para reservar un lugar, anotarse en Biblioteca.

miércoles, 15 de agosto de 2018

Cine

Recomendamos esta película de Diego Gachassin que se proyecta en estos días en el cine Gaumont y los viernes de agosto en el MALBA





Una carrera con obstáculos

por Leyla Vela
Otra vez la misma rutina; la fría mañana de invierno y las ganas de seguir durmiendo me congelaban los pensamientos positivos. Luego de tomar mi taza de chocolate caliente como todos los días, éstos fluían y arrancaba mi camino al trabajo normalmente. Mi principal objetivo era dejar de vivir con mis padres porque ellos eran médicos y esperaban que yo también lo fuera. Yo quería ser una exitosa abogada y su presión no me dejaba estudiar tranquila, no respetaban mi decisión, estaban decepcionados e insistían en que cambie de carrera. Mi motivación ayudaba a mejorar mi desempeño laboral y aunque podía separar lo laboral de lo personal hubo un momento en el que estos se mezclaron y todo se fue en picada.
Yo era una simple empleada con mucha sed de independencia y sueños. Cuando terminé la secundaria ya tenía dieciocho años y empecé a trabajar en un estudio de abogados, lo cual era emocionante porque estaba relacionado a mi futura carrera. Todas las mañanas me encargaba de la parte administrativa. Se me erizaba la piel al pensar en que en algún momento yo sería la que tendría su propio estudio, la que estaría al mando. Algún día iba a terminar mi carrera y felizmente iba a dedicarme a algo que realmente me gustaba. Ya iba por mi segundo año de cursada y no me faltaba mucho para poder empezar a poner en práctica la mudanza; tenía mucha confianza en mí misma y estaba convencida de que todo el esfuerzo que estaba poniendo iba a tener sus frutos.
Uno de esos días en los cuales me tocaba hacer trámites, mi estado emocional no era muy estable. Recuerdo que la noche anterior había discutido con mi padre, lo que nunca había sucedido tan fuertemente hasta ese momento, y sentí cómo una parte de mi corazón se había roto; también sentí una decepción muy grande, quién sabe exactamente por qué. Creo que ni siquiera yo sabía por qué me sentía tan triste, después de toda la situación me puse a pensar… y Mario Benedetti dijo “tengo la teoría de que cuando uno llora, nunca llora por lo que llora, sino por todas las cosas por las que no lloró en su debido momento”.  Creo que ésto se hubiese podido aplicar a esa situación. De todas las veces que había ido a hacer trámites a los mismos lugares, ya teníamos como una especie de amistad con una de las chicas del banco; yo podía contar con su oído y su hombro cuando me sentía mal y ella con los míos. Solíamos ir a tomar mates al parque de vez en cuando, Nos podíamos quedar charlando por horas y horas, hablando de diferentes temas. Después de aguantar el llanto toda la mañana, me largué a llorar cuando la vi y hablamos acerca de lo que había pasado: le conté que no sabía si podría seguir con mi trabajo porque la depresión no me permitía hacerlo con tranquilidad. En esos momentos mi motivación se había desvanecido y mi optimismo era nulo. Sentí que ninguno de mis objetivos podría cumplirse, que estaba obligada a cumplir con las expectativas de mis padres para contar con su apoyo para que todo fuera más sencillo. Porque aunque estaba intentando seguir adelante con mis sueños, me faltaba el apoyo de mi familia y el orgullo de mis padres por todo lo que estaba logrando.
Tiempo después, su cara me hizo sospechar que algo había sucedido. A juzgar por su enorme sonrisa parecía ser algo bueno. Al acercarme le pregunté qué había pasado, a lo que respondió con otra sonrisa. Luego de insistirle unas veces me dijo que tenía una sorpresa para mí: me comentó que había un detalle del cual no me había hablado jamás. Me dijo que había un integrante de su familia que se encontraba en el lugar, que al conversar con él sobre mi situación demostró interés en ayudarme. En el momento no entendía cómo podía haber una persona interesada en ayudarme; quizás era por todo el pesimismo que tenía en la cabeza. Esperé unos minutos a que concluyera su jornada laboral y cuando volvió me dijo al oído para que nadie escuchase que su tío era el reconocido abogado Mauricio D’Alessandro, que estaba interesado en hablar conmigo pero que propuso hacerlo en un lugar privado para que podamos charlar tranquilos. Recuerdo que estaba muy emocionada, por un momento todo lo que estaba pasando dejó de importarme y mis ganas de seguir adelante con mi carrera eran inmensas nuevamente, sentí que mis energías se habían renovado, que todas las recomendaciones que me podría hacer me iban a ayudar mucho y eso que todavía no había hablado con su tío. Comenzamos a caminar hacia una de las oficinas de ese edificio enorme en la que nos estaban esperando con unos sillones, en los cuales podríamos quedarnos hablando por horas sin sentirnos incómodos. Era muy agradable el buen trato que estaban teniendo para conmigo; nos sentamos los tres a conversar sobre mi situación entre otras cosas y la verdad que fue muy emocionante. Mauricio sabía que yo estaba trabajando para poder irme a vivir sola y poder estudiar tranquila, así que nos propuso a mi amiga y a mí ayudarnos ¡para que nos pudiéramos mudar! Él era dueño de un edificio y nos ofreció quedarnos en uno de los departamentos, así las dos podíamos estudiar nuestras carreras deseadas. A mi amiga le gustaba mucho la idea de estudiar algo relacionado al turismo y como también vivía con sus padres, después de conversar un rato nos dimos cuenta de que era una buena oportunidad de por fin independizarnos. La felicidad que sentía en ese momento era inexplicable, estaba inmensamente agradecida de la oportunidad que me habían dado. También fue muy interesante hablar con Mauricio acerca de la carrera; me ayudó a darme cuenta, una vez más, de qué es lo que realmente quiero ser, me dio más determinación que la que ya tenía.
Después de que se me pasó toda la emoción del momento empecé a sentir nervios al pensar en la reacción que podrían llegar a tener mis padres, aunque ésta no fue como yo esperaba. Había pasado todo el camino pensando en cómo les iba a contar todo lo que me había pasado esa tarde y después de todas las cosas que se me ocurrieron decidí no pensar más en ello y dejar que todo fluyera. Cuando llegué a mi casa colgué las llaves y apoyé mis cosas en la mesa que estaba al lado de la puerta, colgué mi campera en el perchero que nos había regalado mi abuela y me dirigí hacia su pieza donde mamá estaba leyendo uno de sus libros favoritos. Respiré profundo antes de entrar y la saludé, Nos pusimos a hablar de cómo nos había ido a cada una en el día y después de eso le comenté que, si todo iba bien, en un tiempo iba a dejar de vivir con ellos. Me hubiese gustado comentarle a los dos al mismo tiempo, pero mi padre llegaba a mi casa al día siguiente y la felicidad y ansiedad no me dejaron esperar para contarlo. Mi madre se tomó muy bien la noticia. Se puso muy contenta por mí y me dijo que mi padre seguramente también lo iba a estar, más allá del mal momento que estábamos pasando.
Por suerte todo fue bien. A los dos meses ya nos habíamos terminado de mudar. Con la ayuda de la familia y los ahorros de las dos pudimos comprar las cosas básicas necesarias y las dos estábamos felices, trabajando y estudiando. No teníamos mucho tiempo para nosotras pero igualmente estábamos bien; teníamos la esperanza de que en el futuro íbamos a poder trabajar de lo que queríamos. Cada dos semanas más o menos Mauricio nos visitaba para ver si estábamos bien y si necesitábamos algo nos seguía ayudando. Éramos dos afortunadas. Finalmente me sentía libre: mi familia no estaba comiéndome la cabeza todo el tiempo con mi carrera, nos veíamos seguido, casi tres veces por semana y teníamos una mejor relación. A veces me pongo a pensar en si habré hecho una buena elección. Capaz fui egoísta y podría haber disfrutado más de mis padres, pero yo no lo llamo egoísmo, en el mal sentido de la palabra. ¿Vos qué pensás?


lunes, 13 de agosto de 2018


Ella 

por Kiara Álvarez


Ella, tan viva
con su pelo negro como el carbón,
lleva una sonrisa con ilusión.
Pues se dirige a su primera entrevista laboral,
y bien no sabe que será contratada para su final.
Obligada por la sociedad,
a tener un trabajo de “verdad”,
con su voluntad,
desea poder vivir con dignidad.
Tan solo veinte minutos fueron precisados,
para darle el trabajo tan buscado,
que si bien no era el más anhelado,
era el necesitado.
Ella, que estaba tan viva
poco a poco,
con el paso del tiempo,
sintió ira.
Sintió el egoísmo,
desprecio y envidia,
de aquellos compañeros que una vez le habían dado la bienvenida.
Día tras día,
todo se volvía más duro,
semana tras semana su mundo se marchitaba,
y aunque contra esa negatividad luchaba,
el dolor una vez más pudo
con su corazón puro.
Harta de toda esa violencia brutal
juntó valor y la renuncia fue a presentar,
debía alejarse del entorno letal
ya estaba en juego su salud mental.
Ella, con tan poca vida
no tenía en claro a donde iría,
quien la ayudaría,
aunque sí sabía
que le sería difícil abrir sus alas,
mantener la mirada alta,
soñar su cuento de hadas.
Los años pasaban
las canas de su cabello se apoderaban,
pero su sonrisa y ojos recuperaban
la vitalidad que los representaban.
Ella, con pocos minutos de vida
por última vez recordó,
como su primer trabajo la marcó,
y a pesar de que parte suya destrozó
gracias a ello pudo alcanzar,
lograr,
apreciar,
que lo importante de la vida,
es alegremente,
vivirla.

miércoles, 8 de agosto de 2018


Entre tinieblas

por Candela López Lamanuzzi


Llegó la hora de volver a casa.
El día en el trabajo se me había hecho especialmente largo, en parte porque hubo poco movimiento y fundamentalmente porque la noche anterior me desvelé terminando de leer un cuento de Edgar Allan Poe.
Todo el día había estado pensando en ese cuento y sentía una extraña mezcla de somnolencia con la presencia de sus personajes.
Ya se había terminado el día laboral y sólo me restaba caminar hasta la parada del colectivo, a unas siete cuadras, y llegar a casa para comer algo, darme un baño y dormir hasta el otro día.
Al salir me encontré con un día gris, neblinoso. Una fina llovizna otoñal humedecía las veredas. Pese a ser las 19 hs. el día se había oscurecido totalmente. En ese momento pensé que disfrutaría mucho más la llegada a mi casa.
Al llegar a la parada noté que la luz del farol era tenue, casi inexistente.
Mis deseos de que el colectivo llegara rápidamente iban creciendo al compás del silencio de esa calle tan solitaria.
De pronto, a lo lejos, pude vislumbrar una figura borrosa que se aproximaba. Recuerdo que me llamó la atención su andar tambaleante y me preocupó pensar que tal vez se trataba de una persona ebria, lo que aumentó mi inseguridad.
Nunca había sentido tanta incertidumbre. Y no había rastros del maldito colectivo. Mientras la figura más se acercaba mi temor más se incrementaba.
Al llegar junto a mí, vi claramente que esa silueta, que había surgido de la niebla, era un enorme mono. Automáticamente me cubrí el rostro con los brazos y me sobrecogí con mi propio alarido. En simultáneo, el mono también gritó y de un saltó fue a parar al medio de la calle aún desierta.
Al abrir los ojos comprobé que en realidad se trataba de un anciano que me miraba sorprendido y asustado, preguntándome qué había pasado.
Sentí mucha vergüenza y pensé que quizás ese anciano creyera que la ebria era yo. Me disculpé como pude, y afortunadamente llegó el colectivo.
Llegué a casa, todavía un poco alterada y al dejar mi mochila sobre la cama, vi sobre la mesita de luz el libro de Poe que tanto me había sugestionado. Lo tomé y lo escondí en lo más profundo de mi placard.

Producciones de nuestros estudiantes

A partir de hoy publicaremos, todas las semanas, producciones escritas por estudiantes de nuestra escuela.

jueves, 7 de junio de 2018

Vinculando realidades: Consumos responsables



Historietas digitalizadas y seleccionadas por MINUBA (Modelo Interuniversitario de Naciones Unidasa partir del taller "Vinculando realidades: Consumos responsables" realizado en la última quincena de abril con los estudiantes de 3°1° y 3°2°. 

En cuatro encuentros se discutieron problemáticas de consumo de diferentes sustancias. Se analizaron publicidades, hubo actividades lúdicas, y mucha participación y debate. 

Las historietas son la producción final del taller. 

Profesores referentes: Carlos Ariel Arce y Claudia Herrera. 

lunes, 28 de mayo de 2018

Stella como pregunta


Nuestra biblioteca lleva el nombre de Stella Mauri, la primera directora de la escuela. Lxs chicxs de quinto primera quisimos reconstruir su paso por la Walsh. Entrevistamos a algunxs docentes que la conocieron. Lxs invitamxs a revivir parte de nuestra historia a través del recuerdo de Stella.



Las entrevistas...






Entrevista con Walter Rago_______________________________________________

“Una escuela pública puede ser una buena escuela”


Walter, asesor pedagógico de nuestra escuela, comparte algunas de sus experiencias en el camino recorrido con Stella.

¿Conociste a Stella? ¿Cuándo?
La conocí cuando empecé a trabajar acá; la escuela se fundó en el 90´, Stella Mauri fue la directora fundadora de la escuela, al poco tiempo empezó Susana Fernández como vice, y yo empecé a laburar en el 92´con el primer tercer año dando Físico química, en ese momento.

¿Y cómo es tu recuerdo de ella? ¿Cómo la definirías?
Y, como una trabajadora de la educación muy comprometida, muy, muy, comprometida con una educación para todos. Todas las EEM N° (Escuela de Educación Media Número…), la Walsh es parte de las ocho primeras EEM N°, y todos los directores que empezaron con esas escuelas venían de, no sé si se llamaban CENS en ese momento, pero eran escuelas para adultos, y ya venían trabajando desde hace años como directores en esas escuelas…

¿Y qué implica que tuvieran esa formación? ¿Tenían otra óptica de las cosas?
Había como una expresión de la educación popular, de la educación para todos de los 70´, como los primeros secundarios para aquellas personas que no habían podido hacer el secundario en la adolescencia, entonces era una manera de llevar la educación de nivel secundario a trabajadores; esas escuelas para adultos tenían que ver con los sindicatos, muchas veces eran trabajadores de esos mismos sindicatos que terminaban el secundario, así fueron pensadas esas escuelas. Entonces había como una mirada distinta respecto a pensar que esos alumnos, esas alumnas, eran laburantes, necesitaban otros tiempos. Creo que esta experiencia le servía para pensar que también hay adolescentes que, independientemente que no laburen, por provenir de diferentes realidades familiares, culturales, también necesitan diferentes tiempos, entonces tenían una experiencia y una mirada diferentes a los directivos de las escuelas secundarias tradicionales.


¿Y cómo era la escuela que pensaba Stella?
Yo cuando empecé a laburar acá, prácticamente estaba empezando a laburar como docente y, bueno, era un proyecto nuevo, y hoy podemos ver que éramos todos muy jóvenes, la media en ese momento era treinta años, y los directivos también eran jóvenes, no sé cuántos años tendría Stella en ese momento pero cuarenta, ponele. Entonces los directivos también estaban empezando, más allá de que tuvieran una larga experiencia como docentes. Estábamos todos muy entusiasmados. Y me acuerdo de que hubo una reunión docente, un sábado, en ese momento nos reuníamos los sábados, cosa que hoy seria inimaginable, ¿no?; pero había un entusiasmo en una escuela nueva, un proyecto nuevo. Y me acuerdo de que en esa reunión Stella planteó que “una escuela pública puede ser una buena escuela”, como enfrentando cierta concepción de docentes que quizá venían de otras experiencias de “bueno, las escuelas públicas, son todo un desastre”, “no funciona nada”, como “venimos a cumplir”, “hacemos lo que podemos”, “venimos con nuestra tarea en el aula y punto”. Piensen que las escuelas se fundaron en el 90’, en el menemismo, a contramano de toda una política de destrucción de la escuela pública; pero estas contradicciones a veces se dan. Estas escuelas fueron pensadas para chicos que el sistema había expulsado, por eso la mayor parte de ellas se habilitan en Lugano, Soldati, distintos barrios, tenía que ver con atender una población que se había quedado afuera del sistema… ¿Por qué pusieron esta en Villa Pueyrredón? No queda claro, me parece que se equivocaron o habrán pensado en los monoblock de acá del barrio, la escuela fue fundada un poquito más allá, por Del Carril, por ahí; pero habrán pensado que esta zona es más marginal de lo que es, y entonces la intención era atender esos sectores…

Como escuelas de resistencia…
Y en ese momento sí. Era un proyecto, así como de resistencia, sí, ya te digo, con contradicciones, porque, este proyecto se fundó durante la gestión de Grosso, estafador terrible del peronismo de ese momento. Pero Filmus estaba como secretario de educación, que tenía mucha experiencia  o venía de este sector de escuelas para adultos. Entonces era un proyecto piola, en el que nos enganchamos.  Y a mí, Stella, con su posicionamiento, fue como que me hizo decir “acá me quedo”. Alguien que plantee una escuela pública, que puede funcionar bien,  que puede ser una buena escuela y en la que podemos hacer cosas copadas aunque estemos en esta realidad, me pareció re interesante. Y después, nada, era alguien con mucho apoyo hacia las iniciativas, hacia las innovaciones de los profesores, realmente sentía que tenía libertad de cátedra. Cuando yo empecé a dar Físico-química, Química, esas materias, y empecé a correrme de lo tradicional y dar un enfoque muy social, veía que realmente era apoyado en todo eso. Bueno, más me entusiasmaba, me parece que era alguien que pensaba en una escuela inclusiva, aunque quizás ese concepto no se utilizaba en ese momento. Dar una buena educación para todos los pibes, creo que esa era la línea  y me parece que en buena medida durante muchos años se consiguió.
Y lo otro que te puedo decir, lo otro que me acuerdo es que ella era profesora de Literatura, era muy copada y apasionada por la literatura, charlábamos mucho con los profes sobre eso.

Y ella transmitía eso...
Sí, sí, ella te contaba una novela y vos decías “yo la quiero leer”, te contaba con tanta pasión lo que leía muchísimo cosa que no siempre pasa, hay profes de Literatura que no leen y es extraño, pero era muy apasionada por la literatura y creo que a los pibes les transmitía eso también.
Igual acá prácticamente no laburó como docente, sí laburaba con adultos como docente, pero a los profes que nos gustaba la literatura y charlábamos con ella veíamos esa pasión, por eso en su momento nos pareció que la mejor manera de homenajearla era ponerla en la biblioteca, ponerle el nombre de Stella por esta pasión que tenía ella por los libros, por la ficción sobre todo.

¿Y la viste dando clase alguna vez?, ¿cómo trabajaba en el aula?
No, no la vi. Compartimos en algún momento, creo que cuando los pibes estaban en cuarto o quinto año… No sé, creo que transmitía ese entusiasmo… Después como todo puede salirte bien o no pero fue muy poca su experiencia acá como docente, meses te diría nada más, y que después con la tarea de ser directora debió ser difícil dar clases.

¿Alguna anécdota más que quieras compartir?
Lo que más me acuerdo es que fue, junto con Susana, quien marcó las líneas generales de lo que es la escuela, de lo que durante mucho tiempo fue la escuela y claramente me parece que era alguien muy cálida con los profes, se tomaba en serio su laburo y muy dura con los “chantas”, era alguien de pocas pulgas y marcaba claramente que era lo que había que hacer.

 ¿Qué crees que sigue de ella acá por más que no sea la directora?
Creo que pensar que en una escuela pueden suceder cosas interesantes, puede ser un lugar para aprender en el que los adultos y los adolescentes nos encontremos y pensemos juntos, al principio se continuó y se profundizó, después cuando murió Stella en la dirección de Susana y ahora creo que se logró un determinado clima, a veces no entendés muy bien cómo suceden las cosas según la institución pero rápidamente el clima de la forma de estar en la escuela, de la manera en la que los pibes están en la escuela se construyó, y yo creo que eso se mantiene. Mi visión hoy es que la continuidad de “está bueno aprender y está bueno compartir en este lugar, con mis amigos, con mis amigas, con los profes”, está en los pibes. Está en el entusiasmo de los pibes cuando encuentran un profe con el cuál llevar adelante un proyecto, y me parece que eso se construyó en un momento, rápidamente fue la escuela un lugar donde empezaron a suceder cosas y adonde tenías libertad de proponer, y de hacer clases, y de traer gente de afuera. Nunca te iban a poner un palo. Y eso por supuesto era algo que se trataba de los chicos, que veían que ellos, bueno, podían ser protagonistas. Me parece que eso puede ser una continuidad que dio lugar a la escucha y a la palabra de los pibes. Durante mucho tiempo había muchos profesores que entraban acá y se iban porque decían: "en esta escuela le dan demasiada bola a los pibes”, “Se escuchan nada más que a los pibes.". Creían eso, pero era "también" se le da bola a los pibes, pasa que en otros lados no pasaba, ese lugar lo dieron, lo dio Stella. Y me parece que eso está, hoy vos podes decir "me enojo porque no me escuchan" bueno pero hay algo que es como un derecho que considerás que está, o una costumbre, una forma de estar en la escuela que es: "considero que tengo derecho a decir lo que pienso y que los profesores me tienen que escuchar". Se podría haber generado algo de otro modo, que los pibes incorporaran algo así como  "nunca te dan bola", "para que vas a preguntar algo si nadie te va a escuchar, si nunca cambia nada", que en algunos lugares pasa, es así, sí, es una porquería pero es así. Bueno, esto no, creo que no sucede acá, porque se pensó que los pibes tenían voz y voto. La orientación de la escuela se eligió entre todos, fundamentalmente con el voto de los pibes, el nombre de la escuela se eligió entre todos pero el peso mayoritario fue de los pibes. Eso podría haber sido de otro modo, que el director dijera decido o que los profes, veinte personas votaran un nombre o votaran una orientación, no, fueron los chicos los que lo eligieron, entonces, esas cosas van marcando y después tiene una continuidad que no sabés cómo será pero está, llegás a un lugar y decís: bueno, esto funciona de esta manera y te incorporás a eso, pero creo que esas cuestiones del principio pueden haber sido fundantes. Esto que te estoy diciendo, el nombre de la escuela, la orientación, en muchas instituciones se decide entre quince personas y los pibes dicen: "bueno otros decidieron", si sos parte de las decisiones, empezás a pensar que tu modo de estar en la escuela es diferente, y ahí me parece que hubo una impronta que creo que se mantiene esto, cómo los chicos piensan el estar acá.

¿Algo más que quieras decir sobre Stella?
No, no, eso, cuando me comentaste pensaba, lo que más me salía era esto, su posicionamiento en la educación y su pasión por la literatura. Después otras cosas pero que no vienen... muy de definirse políticamente también, no era alguien que iba a decir: "no, yo soy neutral" ni nada por el estilo. Se definía, tenía una posición, que estaba en todo, que enfrentaba a las autoridades y que marcaba cómo había que enfrentarlas, me parece que también eso dio lugar a que los docentes pensáramos una manera de cómo hacer nuestro trabajo.

miércoles, 25 de abril de 2018

Tercero cuenta cuentos prohibidos

Miércoles muy temprano, el sol ya acompaña, chicos y chicas de la Walsh alborotan en la puerta de la Belisario Roldán. ¿Qué hacen?, ¿qué quieren? Llevan libros en las manos, leen en voz alta una y otra vez. “La planta de Bartolo”, El pueblo que no quería ser gris… Es un día especial, han sido invitados a compartir con los chicos de primaria algunos de los cuentos prohibidos por la dictadura cívico-militar del 76.




El salón de actos se llena de ruidos, risas, gradas que se arrastran, el 1, 2, 3 probando del micrófono… es que la escuela entera se dio cita para escuchar en las voces de los chicos de tercero primera el cuento de Laura Devetach “La planta de Bartolo”.




    En sexto grado leyeron “El garbanzo peligroso” de Laura Devetach y “El caso Gaspar” de Elsa  
    Bornemann.



    Con los chicos de séptimo B compartieron El pueblo que no quería ser gris.




    En el aula de séptimo A, “El caso Gaspar” de Elsa Bornemann dio mucho que hablar.



Así lo vivieron los alumnos de nuestra escuela:

La experiencia fue hermosa, me dan ganas de ir de vuelta. Me dan muchas ganas de ir de vuelta. Los chicos son rebuenitos y los de primero más. Si podemos ir nuevamente, agradecido.
 Emiliano Zich

Estuvo muy bueno, nos recibieron muy bien. Ya estaban metidos en el tema por lo que resultó bastante fácil hacer la clase.
 Martigniano Gigena

La pasé muy bien ya que pude entretener a muchos chicos con la lectura del cuento. 
Alexander Mattina

Me gustó la experiencia, nos recibieron con mucho entusiasmo.
 Julieta Galán

Había un enano que no sabía lo que era un garbanzo, le explicamos y estuvo bueno.
 Pablo Chamber

Fue un gran momento. Los chicos nos escucharon, estaban informados sobre el 24 de marzo. Fue una clase agradable, y estuvo bueno leer “La planta de Bartolo” frente a todo el colegio.
 Mariana Strefechi

La pasé muy lindo. Los chicos del Belisario fueron muy tímidos al principio pero después entraron en confianza. Además sabían mucho sobre el 24 de marzo y esto hizo que la actividad fuera muy dinámica.
 Lourdes Sutera

Al principio no me emocionaba porque pensaba que los chicos no iban a participar, al final entraron en confianza y se armó un lindo debate.
 Ingrid Torales Méndez

La pasé muy bien.  Me gustó el debate que se pudo armar con los chicos en el aula.
  Catalina Pipieri

A mí me encantó la experiencia, pensé que, como los chicos son de primaria, no iban a participar o no iban a entender lo que estábamos leyendo, en cambio su participación hizo que la clase fuera muy didáctica.
 Magalí Alcón

Fue una linda experiencia, la pasamos bien ya que los chicos le pusieron mucho. Superó nuestras expectativos.
 Milagros Sabral y Mayra Mancini

La visita a la escuela Belisario Roldán para leer cuentos prohibidos por la dictadura fue muy buena. Los chicos tardaron en participar pero finalmente lo hicieron. Nos escucharon con atención y fueron muy conscientes  de lo que decían. Quiero volver.
 Ludmila Gómez


Profes que acompañaron: Claudia Vespa, Nicolás Sánchez Gasparini, Magdalena Malagarriga







Casi cinco años después…



Aquí estamos, felices de retomar el espacio virtual de la biblioteca del cole. ¿Qué encontrarán cuando se asomen? Relatos de experiencias compartidas, links a otros sitios de interés, una biblioteca virtual en construcción, y lo que vayamos armando juntos.